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Miras el reloj y se te ha hecho tarde. Los dígitos, las manillas e incluso los granos de arena pasan igual de rápido. Más temas pendientes, más cuestiones no resueltas y, como cada día, piensas: mañana lo haré. Te levantas, y el tiempo apremia. Se escurre de las manos al igual que el agua. Y cuanto más pasa el tiempo, más rápido vuela. Cuantas más canas y más arrugas, más cortos son los días. Cuantos más años vives, menos parece que duran. Un niño se aburre, pero tú ya has olvidado qué es eso. No tienes tiempo.
Entrevista a Nakor García en Proyecto Terror 08 de Julio de 2018
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Reflexiones: 1. Hoy mis hijos me han enseñado algo interesante, tal y como ocurre con mucha frecuencia. Bañándonos en la piscina, demandaban mi atención diciendo: mira cómo nado, mira cómo salto, mira lo que hago. Mira, mira y mira... Al convertirnos en adultos, se supone que maduramos. Pero, ¿nos desprendemos de la necesidad de que nos miren o seguimos esperando encontrar pruebas de nuestra existencia en las miradas ajenas? Seguro que cada cual tendrá su propia respuesta. Pero quizás, dentro de nosotros, seguimos siendo niños. Niños que juegan a ser adultos. Niños que piensan: mira, mira y mira. 2. Si hay tantos mundos como mentes porque cada mente vive en su propio mundo, tal y como decía Osho, ¿cómo será ver el mundo a través de los ojos de otra persona? ¿Los colores tendrán los mismos matices? ¿Los acontecimientos se verán desde la misma perspectiva? Si escucháramos el mundo a través de sus oídos, ¿cómo se oirá la música?. Y nuestras propias palabras, ¿cómo ...
Sorteo de cinco ejemplares de La reliquia prohibida
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