Reflexiones: 1. Hoy mis hijos me han enseñado algo interesante, tal y como ocurre con mucha frecuencia. Bañándonos en la piscina, demandaban mi atención diciendo: mira cómo nado, mira cómo salto, mira lo que hago. Mira, mira y mira... Al convertirnos en adultos, se supone que maduramos. Pero, ¿nos desprendemos de la necesidad de que nos miren o seguimos esperando encontrar pruebas de nuestra existencia en las miradas ajenas? Seguro que cada cual tendrá su propia respuesta. Pero quizás, dentro de nosotros, seguimos siendo niños. Niños que juegan a ser adultos. Niños que piensan: mira, mira y mira. 2. Si hay tantos mundos como mentes porque cada mente vive en su propio mundo, tal y como decía Osho, ¿cómo será ver el mundo a través de los ojos de otra persona? ¿Los colores tendrán los mismos matices? ¿Los acontecimientos se verán desde la misma perspectiva? Si escucháramos el mundo a través de sus oídos, ¿cómo se oirá la música?. Y nuestras propias palabras, ¿cómo ...